ARS ANTIQUA


¿Qué echamos de menos y buscamos en el pasado?
El planteamiento de la pregunta es incorrecto. Del pasado no añoramos nada porque el pasado es inamovible. Tal vez estemos intentando calmar la insatisfacción que nos producen algunas características del arte actual .
En el contexto narrativo de la Historia del Arte, la actitud nostálgica del espectador que contempla una obra no es similar a la experimentada, cuando de lo que se trata es de reproducir una “imagen del pasado”. No consiste sólo en entusiasmarse y sentir la seducción que produce la obra que se desea plasmar, sino que hay que prepararse para afrontar toda una investigación técnica que nos permita aproximar el resultado final al modelo lo más fielmente posible. La ejecución aun se vuelve más difícil al basarse en modelos de obras maestras que entrañan numerosas dificultades para su elaboración.
El trabajo va imponiendo, paso a paso, una disciplina. En primer lugar, la preparación del soporte de madera con colas y yesos. En segundo lugar, el recubrimiento con bol la superficie necesaria para colocar el pan de oro. En tercer lugar, la representación con exactitud de la imagen que se desea trasladar. Esto último es lo más complicado. No debemos olvidar que cuando la mano y el ojo son libres y no tienen el límite que el modelo impone, existen diferentes opciones. Por el contrario, si el pincel esta obligado a una precisión absoluta en el espacio plano, hay que anular la libertad personal y someterla al conocimiento que se ha adquirido previamente sobre la pintura que se quiere realizar.
No puedo dejar de resaltar el papel tan importante que el oro desempeña al llenar de luz las tablas, alejando así el tema que se representa sobre la realidad que nos rodea. Todo ello nos introduce claramente en un plano espiritual.

Imitar tablas antiguas es una estrategia nostálgica que entraña una dificultad técnica e implica la renuncia a cualquier veleidad.
Al plasmar estas imágenes del pasado, busco llenar el vacío de la impotencia y nostalgia que me produce no haberlas podido crear y realizar, por primera vez, en este siglo XXI.

María Angustias Nolasco